lunes, 16 de noviembre de 2009

Palabras de la directora de la escuela de Antipangol

Saludos!
No puedo encontrar las palabras exactas que describirían mis sentimientos hoy. Todo lo que tengo es mi mente y mi corazón son las bendiciones no para mí misma, sino para la gente a la que estamos siviendo ahora.
Empecé mi trabajo con no demasiado en este lugar, pero estoy llena de confianza de que todo irá bien si puedes esperar el momento adecuado y a la gente adecuada. Con esto en mente, mantengo mis dedos cruzados, rezando y esperando que pase algo que convierta a este lugar, a esta escuela en algo diferente de lo que es.
No fue hace demasiado, cuando la Divina Providencia convirtió mis sueños en realidad, cuando nos dió a las Hermanas Dominicas de La Anunciata, en el año 2006. Desde entonces y de entre sus amigos/as llegaron una tras otra para ayudarnos en el viaje por la vida que tenemos aquí en Antipangol.
Nos sentimos genial y bendecidos porque realmnente sentimos la presencia de Dios a través de sus servidoras.
No tengo nada que devolveros a cambio de todas vuestras bondados, pero mis oraciones siempre estarán por vuestra salud y porque podáis ayudar a más gente, especialmente a los menos afortunados hermanos y hermanas en Cristo.
Voluntarias, vuestra corta estancia significa mucho para nosotros y la gente de Antipangol. Vosotras tocastéis las vidas de cada uno en nuestro colegio, desde nuestros alumnos hasta nuestra propia comunidad.
Ellos han visto el amor de Dios a través de vosotras, no importa lo lejos que estuvieráis de aquí, nos habéis alcanzado. A través de vuestra generosa entrega y amor hacia ellos, ellos sienten al amor de Dios.
Vuestra ayuda ha cambiado mucho el bienestar de nuestros alumnos. Ellos están inspirados y han mejorado mucho en sus actuaciones.
Con todo esto, me gustaría decir ¡"muchas gracias" y más fuerza!
Que Dios nos bendiga a todos siempre.

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